Otro domingo más emprendiamos marcha.Todavía con el resquemor de dos rutas fallidas, la de Pedralba y Chulilla, en ésta nos sorprendió c la lluvia.El 18 de Septiembre nos levantamos temprano y emprendimos la marcha,Claude,Venus, nuestra perra, y yo hacia la Peña Cortada.
LLegamos a Chelva, un bonito pueblo, con casas que nos recuerdan su pasado árabe y judío.Desde el pueblo bajamos por un bonito sendero con escaleras y barandilla, hasta el río Tuéjar y decidimos seguir la Ruta del Agua hasta Calles.Un recorrido sencillo, entre campos de olivos y algarrobos, con alguna pequeña fuente y agua en acequías, pronto llegamos a Calles, nuestro estómago ya nos pedía de comer,hacía calor y necesitábamos un descanso, nos sorprendió un parque destinado a los ancianos, con aparatos de gimnasia motriz, a las orillas del río Tuéjar,una idea que nos pareció maravillosa y desde aquí mi aplauso a los responsables.
Ya descansados, empezamos de nuevo la marcha hacia la Peña Cortada.Un sendero que se estrechaba más y más, con paredes rocosas a nuestro alrededor.En algún punto delante nuestro sólo veíamos montañas, imposible ver el camino,con la impresión que no tendríamos continuidad.
Una curva, muy cerrada y por un estrecho pasadizo entre dos grandes moles rocosas , nos introdujo en el cañón de Alcotas, impresionante sentirte tan pequeño entre esas paredes de rocas que el paso del agua excavó durante millones de años , al frente el cañón se cerraba en un recodo que no dejaba ver nada más que una hendidura cortada en la roca, a un costado una colosal pared, al otro una mole montañosa de pinos, empinada,retándonos a alcanzar la cima.Un pequeño sendero, con barandilla de madera en algunos puntos, nos condujo montaña arriba.
Describir la sensación de verte rodeado de pinos , paredes y el cielo arriba, es difícil, era como una gran olla, no veíamos el fin, de pronto ante nuestra mirada una gigantesca peña que desafíaba al cielo, imposible saber por dónde seguiríamos, estábamos cansados, con mucho calor y no sabíamos cómo íbamos a salir de allí. Nuestra sorpresa fue ver que esa gran peña estaba excavada con túneles dentro de la roca y otros pasadizos que te dejaban ver el impresionante cañón.Construidos por los romanos para llevar el agua, se supone que hasta la ciudad de Sagunto.Una obra que sorprende por su grandiosidad, laboriosidad y el tiempo.Nuestra pregunta era cómo en aquella época tan lejana, sin tener las herramientas que poseemos hoy día, aquellos hombres, pudieron excavar la dura piedra.. cuántos infelices seguramente caerían al barranco.Pasadizos en la montaña, al fondo,una peña cortada en perpendicular,de lejos parecía un canal de agua.La sorpresa final es el Acueducto sobre un gran barranco, caminas casi sobre el abismo.
Estábamos extasiados de tanta belleza, la natural, y la que habían construido los hombres, mezcladas en perfecta armonía, para hacer de aquel paraje algo digno de ver.
Comenzamos el regreso a Chelva, un poco cansados y con todas esas sensaciones del sendero tan impresionante que habíamos realizado y también con la alegría que por fin habíamos terminado una ruta completa.Venus se sentía tan cansada que no nos guíaba e iba detrás de nosotros con la lengua fuera.Un día maravilloso e inolvidable, con la única pega que no pudimos sacar fotos del acueducto, aggrrrr.. esta tecnología nuestra falla, repetiremos esta ruta, el acueducto y la Peña Cortada, nos esperarán..
TODAS LAS FOTOS
TRACK Y DATOS DE LA RUTA
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LLegamos a Chelva, un bonito pueblo, con casas que nos recuerdan su pasado árabe y judío.Desde el pueblo bajamos por un bonito sendero con escaleras y barandilla, hasta el río Tuéjar y decidimos seguir la Ruta del Agua hasta Calles.Un recorrido sencillo, entre campos de olivos y algarrobos, con alguna pequeña fuente y agua en acequías, pronto llegamos a Calles, nuestro estómago ya nos pedía de comer,hacía calor y necesitábamos un descanso, nos sorprendió un parque destinado a los ancianos, con aparatos de gimnasia motriz, a las orillas del río Tuéjar,una idea que nos pareció maravillosa y desde aquí mi aplauso a los responsables.
Ya descansados, empezamos de nuevo la marcha hacia la Peña Cortada.Un sendero que se estrechaba más y más, con paredes rocosas a nuestro alrededor.En algún punto delante nuestro sólo veíamos montañas, imposible ver el camino,con la impresión que no tendríamos continuidad.
Una curva, muy cerrada y por un estrecho pasadizo entre dos grandes moles rocosas , nos introdujo en el cañón de Alcotas, impresionante sentirte tan pequeño entre esas paredes de rocas que el paso del agua excavó durante millones de años , al frente el cañón se cerraba en un recodo que no dejaba ver nada más que una hendidura cortada en la roca, a un costado una colosal pared, al otro una mole montañosa de pinos, empinada,retándonos a alcanzar la cima.Un pequeño sendero, con barandilla de madera en algunos puntos, nos condujo montaña arriba.
Describir la sensación de verte rodeado de pinos , paredes y el cielo arriba, es difícil, era como una gran olla, no veíamos el fin, de pronto ante nuestra mirada una gigantesca peña que desafíaba al cielo, imposible saber por dónde seguiríamos, estábamos cansados, con mucho calor y no sabíamos cómo íbamos a salir de allí. Nuestra sorpresa fue ver que esa gran peña estaba excavada con túneles dentro de la roca y otros pasadizos que te dejaban ver el impresionante cañón.Construidos por los romanos para llevar el agua, se supone que hasta la ciudad de Sagunto.Una obra que sorprende por su grandiosidad, laboriosidad y el tiempo.Nuestra pregunta era cómo en aquella época tan lejana, sin tener las herramientas que poseemos hoy día, aquellos hombres, pudieron excavar la dura piedra.. cuántos infelices seguramente caerían al barranco.Pasadizos en la montaña, al fondo,una peña cortada en perpendicular,de lejos parecía un canal de agua.La sorpresa final es el Acueducto sobre un gran barranco, caminas casi sobre el abismo.
Estábamos extasiados de tanta belleza, la natural, y la que habían construido los hombres, mezcladas en perfecta armonía, para hacer de aquel paraje algo digno de ver.
Comenzamos el regreso a Chelva, un poco cansados y con todas esas sensaciones del sendero tan impresionante que habíamos realizado y también con la alegría que por fin habíamos terminado una ruta completa.Venus se sentía tan cansada que no nos guíaba e iba detrás de nosotros con la lengua fuera.Un día maravilloso e inolvidable, con la única pega que no pudimos sacar fotos del acueducto, aggrrrr.. esta tecnología nuestra falla, repetiremos esta ruta, el acueducto y la Peña Cortada, nos esperarán..
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