LA FRASE

Es preciso atravesar el mundo. Pero no hay caminos hechos para vosotros. . . Los haréis, a través de las montañas, al golpe de vuestras pisadas.”

24/1/10

Fotos Sinarcas

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21/1/10

sólo faltaba Venus

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20/1/10

Sinarcas-El Regajo-La Toba

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PRV 124.2 Sinarcas-Las Viñuelas-El regajo-La Toba

DATOS DE LA RUTA

Comarca: Utiel-Requena
Recorrido:15.5 Km
Tiempo: 4 h
Dificultad: baja

CÓMO LLEGAR

Salir de Valencia por la autovía A III , dirección Madrid.Desvío en Utiel hacia la N-330, dirección Teruel, Sinarcas.Cruzamos el pueblo, hacia la derecha, veremos panel informativo con la zona recreativa de las Viñuelas.Allí dejaremos los coches, veremos los paneles con las rutas, tomamos el PRV 124.2.

LA RUTA

  • Empezamos a caminar desde las Viñuelas, siguiendo las marcas, perfectamente señalizadas.Hasta llegar a la ermita de San Marcos, iremos entre viñas, por carretera asfaltada y pista forestal.
  • Una vez en la ermita, detrás de ella, veremos paneles informativos con las distintas rutas, tomaremos el camino que sale al frente, bajando ligeramente entre pinos.
  • LLegaremos a un cruce con marcas , nosotros tomamos el de la derecha, que baja hasta un puente del pequeño río el regajo, por lo tanto no hicimos la ascensión hasta las Grajas. Seguiremos al costado del río, a la izquierda del puente.
  • Nos llevará a cruzarlo.En esta ocasión, por las lluvias y la nieve de los últimos días llevaba demasiada agua y tuvimos alguna dificultad.En épocas normales no existe.
  • Continuamos las marcas, por un bonito recorrido de pinos y chopos.Cruzaremos el pequeño río hasta en cuatro ocasiones.
  • Vamos hacia la Toba, antiguas yeseras , las pasamos y llegaremos hasta un bonito paraje de chopos.
  • Seguimos por la Toba hasta cruzar de nuevo el rio y llegar, siguiendo las marcas, hasta Las Hoyuelas y de nuevo, quedando a nuestra izquierda,la ermita de San Marcos continuamos por la misma carretera de la mañana , hasta la Viñuelas.



TRACK

FOTOS
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12/1/10

Aventurilla en Sierra de Espadán


Un día en la nieve, ese fue nuestro objetivo para el domingo 10 de enero. Emprendimos la marcha, con nuestros ojos puestos en la montañas que se nos presentaban al frente, coronadas de blanco. La sierra Espadán, estaba ahí, bien cerca, rebosaba claridad y frialdad. Dejamos los coches en un punto de la carretera a pocos metros del pequeño pueblo de Almedíjar, con inconfundible acento árabe. La nieve estaba por todo nuestro alrededor, en pequeñas cantidades, pero suficientes para hacer bolitas y tirárselas a Venus que, en su candidez, corría detrás de ellas , se las llevaba a la boca y hacía muescas al comprobar que le tomábamos el pelo y las pelotas no eran a las que ella estaba acostumbrada. .El camino se había congelado, los charcos eran puro hielo, pistas de patinaje improvisado, en los que Claude quiso demostrarnos sus habilidades de gran patinador infantil, aunque la realidad es que yo lo veía dando con sus posaderas en el frío suelo.

El primer obstáculo se nos presentó en forma de riachuelo, fácil de pasar, menos para Patricia, a ella se le hacía que era un gran río y las piedras, puestas primorosamente por otros caminantes para poder sortear el pequeño río, se burlaban de ella y se movían cómo un tiovivo, los pies de Patri se negaban a pisar aquellas piedras endiabladas, pero para qué están los amigos?? Entre todos la ayudamos dándole ánimos y al fin fue valiente la chica y pasó el Gran Río.

Frente a nosotros estaba la nieve en la pequeña sierra, no veíamos ningún sendero, pero nosotros, intrépidos, aguerridos, valientes, con voluntad de hierro, decidimos subir la cuesta, entremezclándonos con los alcornoques, pinos, jaras, enebros. La subida empinada, por senda trazada por las aguas, piedras que nos hacían resbalar, rocas que se nos atravesaban y escalábamos. Venus, la más valiente de todos, nos trazaba sus propios senderos y nos guiaba. Casi una aventurilla, propia de los más expertos escaladores.

Pero, ante tanta aventura, no podía faltar la nota de humor y casi tragedia, la bota de Patricia, ante tanto desgarro y pateo se rompió de parte a parte. Nos empezó a preocupar la posibilidad de tener que cargar con ella, claro está que teníamos a dos apuestos y galantes caballeros , y seguramente lo hubieran hecho con mucho gusto. Llegamos a la cima, sin nieve, aunque la podíamos contemplar a nuestro alrededor. Un merecido descanso, también para comer. La bota de Patri necesitaba una reparación, emulando a Mc Guiver, con papel celo y la pericia y buena disposición de Claude, la bota quedó plastificada, brillando más que la nieve y lista para usar.

Dimos buena cuenta de la comida y emprendimos la marcha sierra abajo. De nuevo nos encontramos sin caminos. Las piedras nos hacían resbalar, los arbustos nos obstruían el paso, pero de nuevo, nuestra valentía y entusiasmo hizo que llegáramos al final. Algunos no tuvimos inconveniente en usar todo nuestro cuerpo, incluyendo la parte más sobresaliente y blandita, debidamente puesta en la tierra, para bajar a modo de trineo, dejándonos arrastrar por el pedregal.

Los reporteros , Marcelo, Usi y una servidora, hemos dejado constancia visual de éstos acontecimientos, por si alguien lo dudara.

La aventurilla terminó y nos recompensamos con un chocolate caliente en una pequeña cafetería en Segorbe.

Hasta la próxima.


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3/1/10

Atardeceres Valencianos


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